Historia

  • El Centro abrió sus puertas el 15 de mayo de 2005, con la colaboración del Gobierno de La Rioja, las asociaciones Cultural Igeensis y Aranzadi, maestros y alumnos del colegio público de Igea y vecinos de la localidad, para ser un referente en geología y paleontología. Cumpliendo con una demanda cultural de colaboración y divulgación de los científicos, impulsando sus nuevos hallazgos y avances, llegando a ser un destino turístico de un sector tan apetecible como es, el mundo de los dinosaurios.

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  • Nuestro patrimonio debe ser cuidado y mimado, por eso continuamos investigando y protegiendo lo que nuestra tierra encierra, quedando grandes reliquias del pasado todavía por descubrir.

    Desde 1985 se sigue avanzando, los estudios se han multiplicado, interviniendo las Universidades de la Rioja, Salamanca, País Vasco, La Autónoma y Complutense de Madrid, pero todavía queda mucho por hacer. ¡Todos y cada uno de nosotros podemos aportar nuestro granito de arena!.

  • Primeros Pasos

    El Centro, responde a la inquietud de personas y colectivos conscientes de la importancia del patrimonio paleontológico de Igea y la Rioja.

    Las icnitas llevan con nosotros 120 millones de años y siempre han estado ahí, aunque las personas mayores de la localidad las atribuían a las huellas del caballo del apóstol Santiago, a gallinas gigantes, o a dragones mitológicos. Hace más de 80 años D. Blas Ochoa Martínez, profesor en el municipio de Navalsaz, se percató de aquellas extrañas marcas que hoy sabemos son huellas de dinosaurios.

    En los años 60 el instituto de paleontología de Sabadell realizó las primeras investigaciones, y desde 1977, han continuado activamente los trabajos de investigación en nuestro municipio por los científicos Luis Viera y José Ángel Torres, de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi de San Sebastián, junto a Pachi Sáez-Benito vecino de la localidad y erudito en la materia, así cómo Félix Pérez Llorente responsable del grupo de Geología y Paleoicnología de la Universidad de La Rioja, que centra sus estudios fundamentalmente en las icnitas.

  • El inicio

    En los años 80, el maestro Ángel Gracia y su esposa Elena Torrijos, con sus alumnos de la antigua EGB, rastreaban los montes en busca de fósiles y minerales para completar sus trabajos escolares. Naciendo así nuestro afán por descubrir y proteger nuestro rico patrimonio paleontológico.

    Ángel, gran amante de las ciencias naturales, dejó un abundante elenco de chavales, grandes prospectores y rastreadores, como Pachi, descubridor de múltiples, valiosos y únicos restos, entre los que podemos destacar la pata de Baryonyx y una nueva especie de tortuga (Camerochelys Vilanovai).

    Con gran entusiasmo de los muchachos, las prospecciones continuaron hasta revelar las primeras icnitas o huellas de dinosaurio, el tronco fosilizado de gran envergadura, múltiples restos de moluscos, restos óseos y dientes. Con estas piezas, surgió un tímido museo escolar, dónde los chavales eran los encargados de guiar las visitas del material que previamente habían localizado y clasificado.

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  • En 1983 los paleontólogos del departamento de Geología de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi (Luis Viera y José Ángel Torres) apoyaron a este museo escolar, como fruto de su colaboración científica y técnica, nació el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja. Además de estudiar nuestros yacimientos, han investigado fósiles de plantas y diferentes faunas de vertebrados e invertebrados que vivieron en este ecosistema deltaico. Cabe resaltar el hallazgo del helecho arborescente Tempskya riojana y Aracauryoxylon Riojense, conífera emparentada con araucaria y un nuevo molusco, el Paraglauconia Vierai.

    Parte del material recogido y clasificado hasta la fecha, se encuentra expuesto en el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja. La valiosa aportación de nuestro querido maestro Ángel y su esposa Elena, ha permitido la creación de este museo, que dedicamos a todos los que han aportado su granito de arena por hacerlo realidad y poder mostrar al mundo nuestro rico Patrimonio Paleontológico que no deja de darnos sorpresas día a día.